lunes, 28 de diciembre de 2009

El funeral en Valdivia


Jamás la ciudad de Valdivia ha asistido a un cortejo más imponenete que la sepultación de las víctimas del Caupolicán; nunca un pueblo rindió mejor tributo a los que, en una hora fatal, inscribieron sus nombre en la historia de los héroes; 20 mil almas sin distinción de clases, las autoridades civiles y militares, el comercio, la banca, cuerpo consular, instituciones obreras, deportivas, colegios públicos y particulares, sindicatos obreros, federación de sub-oficiales en retiro, cuerpo de bomberos, cruz roja de hombres, club musical Eleuterio Ramirez, Bandas de Niebla y deCorral, Cuerpo de carabineros, Club militar Alemán, Club Musical Concordia, delegación del Batallón Zapadores de Osorno, delegación del escampavia Leucoton, Sociedad Unión de costureras,, Sociedad La Fraternidad, Banda Eleuterio Ramirez de Temuco, Congreso Social Obrero, Unión y protecci´n de Señoras, Triunfo ilustrado femenino, sociedad de Tipógrafos, Gremio Gráfico, Club musical El progreso, Sociedad La Esperanza, Club de tiro al blanco General Baquedano, Sociedad Empaquetadores de comercio, Brigada de Scouts Eleuterio Ramirez, Sociedad Maquinistas y Fogoneros Santiago Watt, llegaron hasta el cementerio General de Valdivia para darles el último adios a las víctimas que el día 28 de febrero sucumbieron para siempre, allá en las lejanas riberas del Llanquihue.


Mientras el cortejo lentamente se dirigía hacia el cementerio, las campanas de la catedral anunciaban el publo con su triste sonido, que había llegado la hora, en que la ciudad de Valdivia de pié, diera el último homenaje a estos infortunados soldados que en el sagrado cumplimient del deber habían ido en misión de confraternidad y encontraron la muerte traidora y alevosa lejos de los suyos. El acto imponente del entierro de las víctimas no podrá borrarse facilmente de la memoria de la ciudad de Valdivia. Justo homenaje de un pueblo agradecido, porque eran ellos los que nos alegraban con sus tocatas en las veladas duras del invierno y en las apacibles tardes del verano.


El Principe de Gales envía condolencia y corona

Los Príncipe Británicos una vez que se impusieron de la tragedia en que habían sido víctima la Banda del Regimineto Caupolicán que le sirviera de escolta en su viaje a La Centinela, envió el Golbierno un telegrama de pesar y ordenó la fuera colocada una hermosa corona en su nombre y en el de su hermano Príncipe Jorge, en el entierro de las víctimas.

Los primeros telegramas desde Santiago

Una vez conocida la noticia en los círculos de Gobierno, S.E. el Presidente de la República, envió al Comandante del Regimiento Caupolicán, el telegrama de condolencia que damos a conocer:

Moneda 1°

"Mi profunda pesar por desgracia que cuesta tantas vidas y que seguramente dejará muchos huérfanos. Encarezco la mayor prontitud y esmero enla atención de la familias enlutadas".
(Firmado) Carlos Ibañez del Campo.

La figura de un heroe: David Otay

Recopilaciones de un valioso material de la época, nos permiten hoy dar a conocer la figura de un heroe desconocido. Su nombre DAVID OTAY.

En medio de la desesperación del momento, como en las leyendas de la antigüedad, surge un héroe que hasta hoy permanece en el más oscuro de los anónimos. Sin temer a nada y olvidando que la conservación de la especie es innata en el individuo, se arroja con un bote y trata de salvar a los que yacen en la desesperación y logra, mediante su valor y su esfuerzo de asistir a 6 músicos que se debatían entre las aguas, sin lograr encontrar una tabla de salvación.

El héroe que sn ayuda de nadie le cupo salvar a 6 de los miembros de la banda, se llamaba DAVID OTAY, de profesión pintor, hombre modesto, sin más recursos que su energía y su alt espíritu, ignorado de todos. Este servidor pasa desde aquel entonces a ocupar un puesto que solo les está reservado a los que en una u otra esfera exponen su vida en bien de la colectividad.

Los músicos sobrevivientes del Regimiento Caupolicán y sus compañeros de armas del mismo Regimiento, iniciaron una colecta para premiar a este héroe, por la magna hazaña de salvar a seis de sus compañeros.

Músicos fallecidos


Los nombres de los músicos fallecidos fueron:


Vicesargento 1ro: Luis Núñez Lazo

Sargentos 2dos : Carlos Riffo Inostroza, Julio Meza Sura, Alfredo Albarracín A.

Cabos 1eros : Eliseo Manso Vásquez, Matías López Quinteros

Cabo 2do : Enrique Bastías Vergara

Soldados : Teófilo Soto Barros, José Luis Carrasco Valdés

Agregados : Raúl Casas Triviño, Oscar Palma Salazar y Erich Gnadt Vitális



Hoy, una placa en la bahía de Puerto Octay, recuerda a los caidos.




La "Moewe"

LA "MOEWE"

Propietario de esta lancha era don Egon Balduino Martin, quien la destinaba, po rlo general, para efectuar exucrsiones y paseos lacustres. Constantemente navegaba entre Puerto Octay y Centinela, conduciendo grupos de turistas.

Su capacidad era de 20 personas cómodamente instaladas, con un motor que le daba una velocidad de hasta 25 millas por hora. Esta embarcación navegó hasta el 28 de febrero de 1931, fecha en que un trágico accidente la dejó inutilizada y naufragada.

Maquinista de esta embarcación era don Sofanor Aguila.

El vapor "Chile"


VAPOR CHILE:


El propietario de este barco era con Cristino Haase, quien encargó su construcción a los astilleros Behrens, de Valdivia, pero siendo armado en la localidad de Los Bajos. El casto era totalmente de fierro, de una capacidad de 120 toneladas y sus máquinas tenían una potencia de 200 H.P.

Fue lanzado al agua el 2 de mayo de 1912 y pocos días después remolcado por el "Santa Rosa" hacia Puerto Varas cn el objeto de embarcar lasmáquinas y caldera que llegaban por ferrocarril. Estas habían sido importadas de Alemania y eran de alta precisión. El traslado, desde la estación de ferrocarriles al barco demoró 2 días. Concluida esta faena, nuevamente hubo de ser remolcado hasta PUerto Octay, lugar donde se dio término a la colocación de las máquinas y resto de la construcción. Su andar era de 10 millas.

El viaje de inauguración se efectuó el 12 de julio de 1912, siendo su primer capitán don Luis Haase y el piloto don Antonio Aguila.

El "Chile" era un vapor magnífico, el mejor que navegó en el lago, de mucha comodidad y capacidad. Se mantuvo en servicio, sin interrupción hasta el año 1954. Habían pasado más de 40 años de navegación, por lo que hubo que hacerle reparaciones mayores en el casco y en las máquinas. Permaneció varado en la playa de Puerto Octay por algunos años hasta que su dueño, don Cristino Haase, lo vendió a don Domingo Kauak, de Osorno, quien lo desguasó y vendió como fierro viejo.